Una lente de contacto hace «Holter» de presión intraocular

Instituto médico-quirúrgico de oftalmología. Gabinete tecnológico del glaucoma

El dispositivo Sensimed Triggerfish®, es una lente de contacto con un implante electrónico que detecta las posibles fluctuaciones de presión intraocular (PIO) haciendo curvas tensiónales que telemétricamente son registradas para revisarse por el especialista. Dicho dispositivo pretende abrir la puerta a una nueva era en el control tensional de los pacientes con hipertensión ocular y /o glaucoma, a una mejor y más completa evaluación de los resultados de los tratamientos farmacológicos, láser y cirugías, en estos pacientes.

La fluctuación de las cifras de presión intraocular está reconocida como una de las principales causas de progresión de la lesión glaucomatosa. Hace tiempo que se sabe que la PIO oscila, presentando valores más altos por la noche, y en posición acostada, que durante el día, y en bipedestación o en posición sentada. Salvo casos excepcionales (durante la realización de una curva tensional, con el paciente ingresado) la toma de la PIO se hace en horas diurnas, lo que muchas veces coincide cuando sus cifras son más bajas. Conocer cuál es el comportamiento de la PIO durante la noche en pacientes que presentan progresión del daño glaucomatoso, puede ayudar a tomar decisiones a los oftalmólogos, sobre si es necesario aumentar el número de fármacos, cambiar la pauta de dosificación, realizar un tratamiento láser o recomendar una cirugía. El glaucoma normotensivo, cuyo diagnóstico se hace por exclusión, una vez que hemos descartado otras causas de lesión del nervio óptico y no hemos cerciorado de que el paciente no presenta en ningún momento valores de PIO por encima del límite de lo normal, es otro de los beneficiarios de esta tecnología.

Nuestro Instituto está muy atento a esta tecnología, por la que podríamos obtener un registro continuo de los valores de la PIO a lo largo de periodos de hasta 24 horas ininterrumpidas, incluyendo las horas de sueño, ya que el paciente puede seguir desarrollando su actividad normal, y no es necesario despertarlo para obtener sus cifras de PIO nocturnas, a las que sólo se tenía acceso ingresando al paciente y despertándolo varias veces por la noche.

La experiencia que se tiene con este dispositivo muestra que en la mayoría de los casos estudiados (casi el 70%), los pacientes presentan elevaciones tensionales nocturnas, que pueden ser de hasta 5 mmHg en pacientes no glaucomatosos, y hasta 11 mmHg en los glaucomatosos, lo que podría explicar en no pocos casos por qué progresan a pesar de la terapéutica y de que en horario de visita muestren PIO normales. Entre un 73 y 79,3% de los casos estudiados precisaron de cambios en la estrategia de tratamiento, bien en el tipo de fármaco, en la pauta de administración, aplicación de láser o incluso para decidir realizar una cirugía.

La mayoría de los expertos a nivel mundial coinciden en que el acceso al conocimiento de las cifras tensiones de 24h de los pacientes glaucomatosos o con sospecha de padecerlo es un recurso diagnóstico de importancia capital, hasta ahora difícil y engorroso de obtener, por lo que era muy poco utilizado. Las lentes de contacto Sensimed Triggerfish® podrían proporcionar esa información de una forma más fácil y cómoda para el paciente.

No hay que olvidar que la PIO, además de ser, junto con la edad, el factor de riesgo más importante para padecer glaucoma, es, hoy por hoy, el único parámetro contrastado en el que se basa el tratamiento, es decir, bajar la PIO ha demostrado disminuir la probabilidad de desarrollar un glaucoma en aquellos pacientes que presentan cifras tensionales por encima de los valores estadísticamente normales, y reducir la PIO disminuye el riesgo de progresión glaucomatosa en pacientes con glaucoma establecido. Por lo tanto, cuanto más exhaustiva sea la información sobre este parámetro, mejores oportunidades de control de la enfermedad.

Existen otros medios de controlar la progresión, realizando pruebas estructurales, como la topografía del nervio óptico, la polarimetría láser, o el OCT, o funcionales, fundamentadas la mayoría en el estudio del campo visual. Pero la naturaleza de una enfermedad insidiosa y crónica como es el glaucoma, hace que en numerosas ocasiones nos enfrentemos los clínicos a dudas diagnósticas que dificultan la toma de decisiones. Disponer en estos casos de un registro de PIO de 24h fiable, puede resultar una inestimable ayuda.

El paciente debe portar una lente de contacto de silicona correctamente adaptada a su ojo, que lleva incorporado un sensor circunferencial de platino y titanio, y un microchip, que detectan los cambios de curvatura y circunferencia corneal, a nivel del limbo, es decir de la unión entre la córnea y la esclera; dichos cambios, en milivoltios, son captados telemétricamente por una antena que se coloca alrededor del ojo, sobre la piel, y que mediante un pequeño cable envía los datos a una grabadora del tamaño de un iphone que se adosa al cuerpo del paciente mediante una pequeña bolsa, tal y como se ve en la figura. El paciente no debe mojarse o ducharse durante la prueba. Tampoco deberá llevar gafas de montura metálica, ya que dicho material puede interferir la señal que emite el microchip hacia la antena. Son pequeños inconvenientes, pero indudablemente menos engorrosos que un ingreso hospitalario, y teniendo en cuenta el valor de los datos que se obtienen, no hay duda de que merecen la pena.